LAS VERDADES DE PEROGRULLO
Edmundo López Bonilla
Mi abuelo solía decir:
Un buen gobierno es como un estómago sano,
no se siente. —esto, mientras señalaba el vientre.
El gobierno actual debe estar sintiendo los atroces dolores
de una apendicitis aguda.
El Periódico La Jornada de hoy martes 26 de abril de 2011, informa en su sección “Política” en la nota de Enrique Méndez:
“El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados afirmó que está dispuesto a asumir el costo político de aprobar la Ley de Seguridad Nacional que, a propuesta de la Secretaría de la Defensa Nacional , concede al Presidente de la República la atribución de sofocar con el Ejército movimientos sociales, políticos, laborales y electorales, y decretar el estado de excepción en entidades o regiones del país. (…) Junto con Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) confirmó que desde la Junta de Coordinación Política gestiona con las comisiones de Defensa, Seguridad Pública, Justicia, Derechos Humanos y Gobernación para que sólo una o dos de ellas voten el dictamen y el resto se allanen, para tratar de que se vote esta misma semana. (…) No obstante, en la mesa directiva se consideró difícil que el documento entre al pleno en el actual periodo de sesiones, debido a la inconformidad que ha generado en el resto de las bancadas. (…) En conferencia de prensa, Alfonso Navarrete Prida (PRI) dijo que su grupo parlamentario está dispuesto a asumir los costos políticos de votar una reforma que, como publicó este diario la semana pasada, facilita al Ejecutivo el uso de tropas cuando considere que está en riesgo la seguridad interior. Incluso, el priísta acotó que si en los operativos se cometen abusos contra la población civil, ello será responsabilidad de la autoridad que los aplique y no resultado de una ley”.
¡Los costos políticos! ¡Y qué importan los costos políticos! El costo político en el lenguaje de ésos políticos: es el voto de castigo. Mecanismo que la sociedad civil usaría con eficacia si las autoridades electorales no fueran otro estercolero, como quedó demostrado el año de 2006. Eso de asumir costos políticos, o asumir la responsabilidad, lo presentimos desde el fatídico año de 1968. Lo confirmamos el 1º de septiembre de 1969, durante su V Informe, Gustavo Díaz Ordaz ante el aplauso de las Cámaras, sin sonrojarse siquiera, declamó su asunción. “Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”. ¡Para él y para las marionetas que abarrotaban el recinto, eso fue suficiente! ¡Para él y para la televisión, eso fue suficiente! ¡Para él y para los medios impresos que satanizaron la lucha estudiantil, eso fue suficiente! ¡Para él y para los miembros del alto clero, eso fue suficiente! No importaron los muertos, las viudas, —en algunos casos— los huérfanos, los padres angustiados en la búsqueda de los hijos que no aparecerían, el atropello a las libertades, el descrédito internacional; que en el balance oficial fue lo inverso, porque a “pesar de la conjura internacional, los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo”. Ese año, 1968, se cumplió con creces el ritual viejo de cinco siglos: antes de las grandes celebraciones, sacrificios, sangre. Y en 1969 el gran sacerdote de Huitzilopochtli, para librar a su corte de sacerdotes (miembros de su gabinete; miembros del poder legislativo; miembros del poder judicial; ejército; policías; medios de comunicación; alto clero y cuántos no se indignaron por el hecho), recita desde el estrado las frases sacramentales que le dejan el alma limpia.
Hoy un grupo de diputados enfermos de delirios de grandeza proponen asumir el costo político por la aprobación de “la Ley de Seguridad Nacional que, a propuesta de la Secretaría de la Defensa Nacional , concede al Presidente de la República la atribución de sofocar con el Ejército movimientos sociales, políticos, laborales y electorales, y decretar el estado de excepción en entidades o regiones del país”. Creemos que después del desastre que acrecentará la serie de desastres que mantienen al país en perpetuo estado de lamento, de duelo, alguno de los que por sus servicios se habrá convertido en un moderno chachalmeca: “En los ritos aztecas (náhuatl chacálmecatl, gentilicio derivado de Chalma). Los cinco ministros del culto que ayudaban al gran sacerdote a sujetar a la víctima durante el sacrificio”, se expondrá ante sus pares de la cámara de diputados y también recitará las frases sacramentales que le dejarán limpia el alma. Sí, ya sé que cometo falta a la ortografía al escribir: cámara y diputados con minúscula, pero en eso ha devenido ese ente y sus miembros: en algo minúsculo, porque minúsculo es el espíritu que rige sus acciones y por lo mismo también escribo presidente con minúsculas.
¿Por qué los diputados del PRI acceden, hoy, según lo expresado por Alfonso Navarrete Prida cuando antes eran renuentes a respaldar la propuesta? Jesusa Cervantes en la revista Proceso No. 1799/24 de abril de 2011, explica los porqués en la nota “Ley de seguridad: Los chantajes del calderonismo “La diputación priista se dispone a aprobar esta semana reformas a la Ley de Seguridad Nacional que, propuesta por la Sedena , habían sido consideradas violatorias de las garantías individuales. Fuentes castrenses, del PRI y del Senado —cuya minuta están modificando los diputados— dieron a conocer la causa del viraje: el Poder Ejecutivo ha integrado “expedientes negros” de gobernadores priistas vinculados con “actividades ilícitas”, y varios generales advirtieron al nuevo dirigente del Revolucionario Institucional, Humberto Moreira, que si no eran aprobados los cambios propuestos por el Ejército, dichos expedientes serían publicados…” Por el tono de este párrafo, se puede intuir lo asentado en el escrito que hace la historia de cómo se fueron dando los hechos, entre la información puede leerse: “La minuta de reforma a la Ley de Seguridad Nacional llegó el 28 de abril de 2010, pasó ocho meses en “la congeladora” y, para diciembre de 2010, el presidente de la Comisión de la Defensa Nacional , Ardelio Vargas, concluyó, junto con la Sedena , un nuevo documento que el PRI no se decidió a respaldar. (…) Al arribo de Humberto Moreira a la dirigencia nacional del PRI, el 4 de marzo pasado, los priistas reactivaron las negociaciones y entraron en contacto con altos mandos militares… (…) Pero no fue sino hasta el 6 de abril —de acuerdo a fuentes castrenses— cuando Moreira tuvo una comida con algunos generales que veladamente le advirtieron las consecuencias de no aprobar la Ley de Seguridad Nacional: la publicación de los expedientes”.
¿Todos los diputados del PRI sentirán que para ellos también es esa amenaza? Es razonable dudar de que así sea. Por lo tanto de dar su anuencia para el desaguisado descomunal actuarían como miembros de un secta, por los principios de esa secta y no mirando el bien de la República. ¿Sabrán acaso que si así lo hacen, su actuación es servil: (Ciega y baja adhesión a la autoridad de otra persona. Abyección, envilecimiento). ¿El servilismo y las dietas, los bonos especiales, el coche del año, el pago de sus asesores y las buscas y muchos etcéteras, les habrán llevado hasta la inconsciencia, o nada más serán unos pobres cínicos? ¿Pero de verdad esos señores, creen que nos representan en un país donde el abstencionismo es el campeón de todas las elecciones? ¿Creerán que representar al PRI les da derecho a hablar por todo el país y en contra de su sentir y que tienen el derecho de aprobar una iniciativa que es en sí una monstruosidad? ¿Creerán que por su permanencia en el poder, donde solamente están velando por sus intereses, que son los de su partido, vale la pena darle poderes ilimitados al presidente de la República ? ¿Les pasará siquiera por la mente la cantidad de sangre que su voto agregará al mar de sangre en que se hunde el país? ¿Se habrán puesto a pensar, cómo le van a hacer y de dónde saldrán los recursos para la construcción de las cárceles que albergarán a las legiones de descontentos, que resultaran criminalizados por su inconformidad, como si señalar los defectos gubernamentales fuera delito? ¿Sabrán acaso el número de inconformes que existen en este momento en este dolorido, atemorizado México? ¿Habrán dejado un día los cómodos asientos del coche para mezclarse entre la gente de a pie y oír los que se dice en la calle? ¿Tendrían valor de hacerlo?
Pero hoy son muy solidarios y por el bien “de (los) gobernadores priistas vinculados con “actividades ilícitas”, ante la opinión pública, confiesan su asunción del costo político. El costo político de haber tratado de apagar el incendio del país con gasolina. Mientras el tiempo corre y el fuero se acaba. Después de qué servirá el dinero y las influencias. A estas alturas me asalta una pregunta: ¿Después de su periodo legislativo, estos señores, seguirán viviendo en el país? En otro comentario desconsiderado o irresponsable, el diputado Alfonso Navarrete Prida, dijo (la aceptación de la propuesta), facilita al Ejecutivo el uso de tropas cuando considere que está en riesgo la seguridad interior. Incluso, (…) si en los operativos se cometen abusos contra la población civil, ello será responsabilidad de la autoridad que los aplique y no resultado de una ley. Quizá el diputado Navarrete Prida no vaya muy lejos por el ejemplo de los abusos que los opositores tratamos de evitar. El día de ayer 26 de abril, en el diario La jornada apareció la siguiente noticia firmada por el corresponsal Sergio Ocampo Arista: “Chilpancingo, Gro., 25 de abril. Un día después de haber denunciado la agresión por elementos del Ejército Mexicano, en la cabecera municipal de Tecpan de Galeana, el presidente de la comisión de Gobierno del Congreso del estado, Faustino Soto Ramos, demandó al presidente Felipe Calderón un cambio de estrategia en la lucha contra la delincuencia organizada. (…) Según la denuncia del propio diputado perredista, alrededor de las cinco horas del domingo, cuando salía de la Feria Expo , fue agredido por un grupo de soldados que iban bajo el mando de una persona vestida de civil, que intentó golpearlo, y además se hicieron varios disparos al aire y en el suelo. Esto, aun sin la aprobación de la ley que daría más facultades al ejército y con un personaje que disfruta de fuero. ¿Y nosotros?...
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