domingo, 24 de abril de 2011

Del Chapiz al Sacromonte

Del Chapiz al Sacromonte

Para conocer a Granada hay que callejearla. Hay que tomarse el tiempo de ir encontrando sus encantos a lo largo de su caótico urbanismo morisco.
 
El Generalife es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Por Wanda Martir / Especial para De Viaje
Alejarse de los estereotipos del pasado no ha sido difícil para Granada. La reconquista y la triste derrota de Boabdil, las postales turísticas de la Alhambra o las historias de Federico García Lorca se han transformado en un condimento más que acompaña el trajín de esta moderna ciudad siempre enmarcada por la Sierra Nevada.
Con cada paso el visitante curioso descubre las distintas personalidades de sus barrios típicos como el de Sacromonte de latir flamenco y gitano, el Albayzín con su fama de rebelde y su título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, o el Realejo de raíces judías y hoy universitario y obrero.
La fecha de la exploración hay que pensarla muy bien ya que lo extremo del clima granadino, muy frío en invierno y endemoniadamente caluroso en el verano, dicen que es el causante de la “malafollá granaina” o ese carácter arisco que le atribuyen a los granadinos en el resto de Andalucía.
No empece a esto el constante flujo de turistas y de emigrantes mantiene bien entrenada a la hospitalidad de los locales. Hoy la ciudad se muestra auténtica y espontánea como sus barrios y sus paredes pintadas con el conmovedor arte grafiti de Raúl Ruiz, “el niño de las pinturas” (www.elninodelaspinturas.com).
Sin embargo todavía hoy es la perdurable belleza de La Alhambra la que cada año atrae millones de visitantes a la ciudad. La “Al-Hamra”, que significa fortaleza roja en alusión a la arcilla con que se construyó, es el monumento más visitado de España, de aquí que se exija una reservación previa. Las hospederías de la ciudad tramitan ésta a sus huéspedes pero también se puede hacer por internet (www.alhambra-tickets.es).
Al último enclave musulmán en la península ibérica debe llegar con bastante tiempo de antelación para orientar sus pasos entre sus jardines y llegar puntual a la hora asignada para entrar en sus Palacios Nazaríes, verdaderas joyas de la arquitectura morisca. La geometría de sus espacios, sus fuentes, piscinas y azulejos te conmoverá tanto como las vistas de Granada desde sus recintos.
Aunque en los Palacios Nazaríes la marea de turistas no pierde intensidad se puede encontrar refugio o pausa visitando los otros recintos del complejo como las militares murallas del Alcazaba, las exposiciones del Museo del Palacio de Carlos V o los recintos de descanso real del Generalife con sus jardines de fuentes y su escalera del agua.
Después de recorrer el palacio de Boabdil le recomendamos descansar los músculos visitando alguno de los baños árabes de Granada. Esta tradición morisca del baño público regenerativo se vive hoy en el Haman de Al Andalus (www.hammam.es) en el barrio del Albayzín. El ambiente sereno y acogedor, las tres piscinas de temperaturas variadas y la gran piedra tibia donde tirarse a descansar invitan a recordar los “Cuentos de la Alhambra” de Irving. Asegúrese de reservar y de llevar su traje de baño.
Ya descansado el Albayzín lo tentará con su movida joven y musical y con sus populares bares de la Plaza Nueva, la Carrera del Darro y de la calle Elvira. El melancólico Paseo del Triste junto al río Darro o las exóticas teterías norafricanas de su zoco sirven de oasis entre tanta marcha.
Conviene subir a las alturas del Albayzín en autobús y comenzar el recorrido desde el Mirador de San Nicolás. Con el acompañamiento de alguna guitarra flamenca disfrutará aquí de la mejor vista de la Alhambra con la Sierra Nevada de telón de fondo.
Esta postal granadina se complementa con los artesanos, con los nativos, extranjeros y grupos de perros flauta, como le llaman a los ‘hippies’ que tocan música y siempre van acompañados de un perro, que encuentran en el Mirador su sustento e inspiración.
Andando por este barrio te toparás con las puertas adornadas de naranjales de sus cármenes, casas típicas granadinas con jardines y huertos interiores. La tranquilidad matizada por el canto de los pájaros de estas callejuelas contrasta con el trajín que se vive en las tiendas de artesanías y teterías norafricanas que abundan en sus calles más turísticas.
La Cuesta del Chapiz separa al Albayzín del barrio del Sacromonte pero en ambos Granada se viste de traje de lunares y se entrega al compás del flamenco más gitano. Lo más autóctono de la zambra (espectáculo flamenco) se encuentra los jueves en la Peña flamenca La Platería (Placeta de Toqueros 7) o cada noche en los tablaos de las cuevas del Sacromonte, antiguas casas cuevas transformadas en bares.
En locales como los Jardines de Zoraya, la Cueva del Rocío o la Cueva de los Tarantos se cobra la entrada y se ofrece cena y música pero también hay otros como la Peña las Cuevas del Sacromonte donde la entrada es gratis y el duende del flamenco se deja sentir hasta altas horas de la madrugada.
En Granada la gastronomía compite en versatilidad con su música. El tapeo es una excelente manera de conocer a la ciudad y sus gentes. Típico es aquí que con cada cerveza o copa de vino se le regala una tapa.
Con el apetito abierto la curiosidad anima después a probar las tapas más elaboradas de los bares de tradición como la Bodega Antigua Castañeda (calle Almireceros, #1-3), o el Bar Patio del Toro del siglo 16 ( calle Mesones #52), El Sota (Plaza Realejo 1) o El Trasgu (Campo del Príncipe #12) con sus platos granadinos como las papas a lo pobre, el Jamón de Trevélez, la tortilla del sacromonte o la pipirrana.
Zonas populares de tapeo son la calle Navas, la Plaza de la Bib-Rambla, la Plaza Campo del Príncipe del Realejo y la calle Elvira del Albayzín.
El marco que la Sierra Nevada le hace a Granada es una invitación para explorar las Alpujarras, una zona montañosa de valles estrechos y altísimas colinas sembradas de terrazas de los pueblos blancos en donde se refugiaron los moros tras la reconquista.
Gran parte de la gastronomía y de la artesanía granadina tomó forma en esta región famosa por sus típicas jarapas o alfombras tejidas, el jamón de trevelez y su cerámica tradicional. Pueblos populares son los de Pampaneira, Pitres, Bubion, Capileira y Trévelez en la ruta del Barranco del Poqueira.
La actualidad y el pasado se han juntado aquí también y en Bubión escondido a 1,600 metros de altura el centro de meditación O Sel Ling, (www.oseling.com ) resulta un imán para aquellos que buscan llenar el espíritu con la paz de la Sierra Nevada.
Internacionalmente famoso por el lama español Tenzin Osel Rinpoche que proviene de aquí el centro budista ofrece a sus visitantes, sin importar su religión, la privacidad de 30 cabañas individuales para meditar. El paisaje granadino, la luz y el aire limpio están incluidos.
 Enlaces útiles
www.granadatur.com
www.turgranada.es
Cómo llegar
Desde Madrid volando al Aeropuerto Nacional de Granada Federico García Lorca que se encuentra a 15 Km. del centro o al internacional de Malaga y desde aquí en auto por la Autovía A-92.
Dónde hospedarse
En Granada encontrará hospedaje de todas las categorías. Por su buena localización le recomendamos el Hotel Palacio de Santa Paula, un convento del S. XVI, y el Hotel Alhambra Palace al pié de la Alhambra. Exótico es hospedarse en una casa-cueva en el barrio gitano del Sacramonte www.cuevaselabanico.es o más económicas y auténcicas resultan la Pensión Suecia una casona en el barrio del Realejo o los alojamientos Aljibe del Albayzín (www.aljibedelalbayzin.com).

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